Todo trayecto tiene un recorrido,
también toda madre cuida un tesoro.
Huérfano quedó Acamus, los del coro.
Se busca, gran batuta y con oído.
Un joven trombón, López de apellido
se hizo cargo de éste grupo sonoro.
Cientos son sus virtudes las que adoro,
singular su ánimo, nunca abatido.
Al Carnaval dimos la voz que adora
y "entre mares de olivos" torno a llanto,
en esta "Bella Ciudad" que enamora.
¡Cuanto aprendemos juntos, sin espanto!,
más aunque "caiga el cielo", aquí y ahora,
¡Fáti, mí alma, menos soplo y más canto!
Con todo mi cariño en otro final de curso (2017/18) inolvidable,
gracias a todos y en especial gracias a Fátima,
sin ti no hubiese sido posible continuar.