jueves, 6 de julio de 2017

Soneto nº 4 de mi alma triste.

¡Discierne!, corazón frágil y errante,
amor que no llegó a cabal destino. 
Todo te ofrecí, ¡que gran desatino!,
nonadas, fruslerías de un amante.

Entrega y pasión, luz de alma galante;
bondades vanas para un ser mezquino, 
elegiste lujo, apariencia y vino;
atrás quedé por siempre en un instante.


Hoy en mi altar, oficio sacramento,
en nuestra iglesia sello un compromiso;
tocada en blanco tul..., aciago evento.

Mas ahora ya se cuanto preciso:
fue otro quien pudo amar, que fui lamento, 
que nunca me amó y que jamás me quiso. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mater Fidei Dolorosa

Oh penitencia, Mater Dolorosa. Eterna dulzura en saya encarnada,  paño de pena sin ser revelada. Ora pro nobis mi madre amorosa. Lágri...