Allende esa pared del califato
donde hacinas reposo y apatía
e imaginas mancilla de tu hombría
sin valorar quién fuimos, ¡ni un rato!
¿No meditas lo que haces insensato?,
¿no ves sucia maldad tu fechoría?
No ama Dios a quien ora en cobardía
rosarios, aún sin pompa y boato.
Pienso que no hay disculpa sin excusa
y olvidas que amistad es gran tesoro
que pierde valor cuando ya no se usa.
Bien tu sabes, amigo, que te adoro,
más por aprecio a ti y a ella por musa;
no enturbies agua pura, ¡te lo imploro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario